¿Los carbohidratos son peligrosos?

¿Cuántas veces has escuchado que una persona está quitando los carbohidratos de su dieta para “cuidar su salud”? Desde hace unos años, los carbohidratos comenzaron a difundirse como peligrosos. Se habla de que son inflamatorios, que engordan, que provocan problemas digestivos, que aumentan el riesgo de enfermedades metabólicas, etc. Sin embargo, nuestro cuerpo funciona principalmente con carbohidratos, y cuando no se consumen suficientes, comienzan a presentarse consecuencias físicas y mentales. En este blog te hablaré acerca de la importancia de este grupo de alimentos y algunas de las consecuencias de evitarlos en tu día a día.

Cada una de tus células funciona con carbohidratos

La única forma en la que el cuerpo obtiene energía es por medio de la comida. Cuando comemos, parte de los alimentos se transforma en glucosa, especialmente los carbohidratos. Son la fuente favorita de energía del cuerpo. Todas las células —especialmente las del cerebro— utilizan glucosa como combustible.

¿Qué pasa entonces si no como suficientes carbohidratos?

Como consecuencia de la restricción, el cuerpo activa mecanismos de supervivencia para obtener glucosa. Recuerda que sin glucosa tu cuerpo no puede hacer sus funciones, por lo que va a hacer lo necesario para obtenerla, por ejemplo: desgastando el músculo. Es por eso que, con las restricciones, comúnmente se pierde masa muscular. Ojo, cuando se habla de que se pierde masa muscular, no solamente se pierde el músculo que vemos en el cuerpo. Recuerda que tus órganos también son músculo y pueden comenzar a hacerse más pequeños por la necesidad de aportar combustible.

La química detrás de tus antojos

Cuando restringes calorías —especialmente carbohidratos—, ocurren una serie de alteraciones a nivel neuroendocrino, es decir, en tu cerebro y tus hormonas:
  • Aumenta la grelina, la hormona que estimula el apetito, ya que tu cuerpo, al detectar la escasez, ¡necesita que tengas más hambre!
  • Disminuye la leptina, que ayuda a regular la saciedad, con el objetivo de que comas más.
  • Incrementa la orexina, un neurotransmisor que promueve la búsqueda de comida.
  • El hipotálamo produce más neuropéptido Y (NPY), una potente señal de hambre que incrementa el famoso deseo de carbohidratos.
Todos estos cambios están diseñados para recuperar el equilibrio energético. No son errores y no dependen de tu fuerza de voluntad. Son respuestas fisiológicas ante la escasez. Es una de las razones por las que se dan los rebotes. El cuerpo responde a las restricciones. No es casualidad que los antojos comúnmente sean de dulces, azúcar, pan, chocolate o pasta: tu cuerpo está intentando compensar una deficiencia energética de glucosa.

¿Has sentido muchos antojos en la tarde-noche?

El cuerpo almacena reservas de glucosa en el hígado en forma de glucógeno, mismo que utiliza para mantener los niveles de glucosa en sangre cuando dormimos. Cuando despertamos, esas reservas se agotan, por lo tanto, el hígado necesita llenarlas en la mañana. Si no desayunas carbohidratos, es muy común que el cuerpo busque compensarlo con antojos más tarde. Equilibrar los carbohidratos en la mañana muchas veces reduce este impulso por comer en la noche.

Tras la restricción, la comida se vuelve más rica. ¿Te ha pasado?

Las dietas no solo afectan las hormonas relacionadas con el hambre. También alteran los sistemas de recompensa en el cerebro. Este mecanismo hace que después de la restricción, la comida no solo se antoje más: se sienta más placentera. ¿Con qué objetivo? Que no dejes de comer. Recuerda que el cuerpo necesita compensar la restricción. Esta es una de las razones por las que muchas personas que viven en ciclos de dieta experimentan atracones.

Entonces, ¿necesitas carbohidratos? La respuesta es sí, ¡siempre!

No solo los necesitas: tu cuerpo cuenta con ellos para realizar sus funciones. Privarte de ellos no es saludable. Muchas personas sienten culpa de comerlos porque no pueden parar después de haberlos restringido. Recuerda que, si se limitan, mecanismos biológicos van a demandarlos. Y eso no se puede controlar. Cuando empiezas a comer suficientes carbohidratos, tu cuerpo deja de luchar para conseguirlos. Si quieres restablecer el equilibrio de tu alimentación, no estás sola. Yo puedo acompañarte. Agenda una consulta 1:1 y comencemos juntas este proceso. 🌿 No necesitas menos carbohidratos. Necesitas menos miedo a necesitarlos.

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- Fabiola Gama